Hoy vemos cuánto le preocupan a Dios nuestra hambre y nuestra sed. ¿Cómo podrÃamos continuar pensando que Dios es indiferente ante nuestros sufrimientos? Más aún, demasiado frecuentemente "rehusamos creer" en el amor tierno que Dios tiene por cada uno de nosotros. Escondiéndose a Sà mismo en la EucaristÃa, Dios muestra la increÃble distancia que Él está dispuesto a recorrer para saciar nuestra sed y nuestra hambre.
Pero, ¿de qué "sed" y qué "hambre" se trata? En definitiva, son el hambre y la sed de la "vida eterna". El hambre y la sed fÃsicas son sólo un pálido reflejo de un profundo deseo que cada ser humano tiene ante la vida divina que solamente Cristo puede alcanzarnos. Ésta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en Él, tenga vida eterna (Jn 6,39). (BJV)
TEMA DEL AÑO: “Un pueblo discÃpulo misionero de Jesucristo, que acoge y vive el Reino de Dios en conversión permanenteâ€
LEMA DEL AÑO: “Acojamos y vivamos el Reino de Dios en permanente conversiónâ€
Abril:
Lema: “La paz les dejo, mi paz les doyâ€Â (Jn 14, 27)
Valor:Â PAZ
Liturgia del Domingo
Lecturas   Moniciones    HomilÃa
Feria de la Semana
Lectuas   Moniciones   HomilÃa
Por Felipe Colón
Por Leonor Asilis
Predicación | Fray Juan José de León Lastra