Hoy, en las palabras de Jesús podemos constatar la contraposición y la complementariedad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento: el Antiguo es figura del Nuevo y en el Nuevo las promesas hechas por Dios a los padres en el Antiguo llegan a su plenitud. AsÃ, el maná que comieron los israelitas en el desierto no era el auténtico pan del cielo, sino la figura del verdadero pan que Dios, nuestro Padre, nos ha dado en la persona de Jesucristo, a quien ha enviado como Salvador del mundo. Moisés solicitó a Dios, a favor de los israelitas, un alimento material; Jesucristo, en cambio, se da a sà mismo como alimento divino que otorga la vida. (BJV)
TEMA DEL AÑO: “Un pueblo discÃpulo misionero de Jesucristo, que acoge y vive el Reino de Dios en conversión permanenteâ€
LEMA DEL AÑO: “Acojamos y vivamos el Reino de Dios en permanente conversiónâ€
Abril:
Lema: “La paz les dejo, mi paz les doyâ€Â (Jn 14, 27)
Valor:Â PAZ
Liturgia del Domingo
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Por Felipe Colón
Por Leonor Asilis
Predicación | Fray Juan José de León Lastra