Hoy viernes , Jesús nos habla claramente del amor indisoluble, fruto de un amor casto (“ecológico”, de respeto a la naturaleza). Tal como afirmó el Papa Francisco, la santidad y la indisolubilidad del matrimonio cristiano, que con frecuencia se desintegra bajo la tremenda presión del mundo secular, debe ser profundizada por una clara doctrina y apoyada por el testimonio de parejas casadas comprometidas. Desgraciadamente, hoy en día, puede ser un tema polémico, porque parezca que vivir la castidad y la virtud de la santa pureza en medio de este mundo quede como algo trasnochado, o incluso como que puede quitarnos la libertad. De lo que hay en nuestro corazón, hablan también nuestros “ojos”. La mirada de los esposos, por ejemplo, debe ser expresión de un amor casto y puro que dure para siempre. "Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón" (Mt 5,28).(BJV)