Hoy martes, el Evangelio es una profecía, es decir, una mirada en el espejo de la realidad que nos introduce en su verdad más allá de lo que nos dicen nuestros sentidos: la Cruz, la Santa Cruz de Jesucristo, es el Trono del Salvador. Por esto, Jesús afirma que tiene que ser levantado el Hijo del hombre (Jn 3,14). Bien sabemos que la cruz era el suplicio más atroz y vergonzoso de su tiempo. Exaltar la Santa Cruz no dejaría de ser un cinismo si no fuera porque allí cuelga el Crucificado. La cruz, sin el Redentor, es puro cinismo; con el Hijo del Hombre es el nuevo árbol de la Sabiduría. Jesucristo, ofreciéndose libremente a la pasión de la Cruz ha abierto el sentido y el destino de nuestro vivir.(BJV)

Lunes, 13 de Septiembre de 2021 Reflexión