Hoy, una vez más, Jesús da a entender que la medida de los milagros es la medida de nuestra fe: "Yo les aseguro: si tienen  fe como un grano de mostaza, dirían  a este monte: “Desplázate de aquí allá”, y se desplazará" (Mt 17,20). De hecho, como hacen notar san Jerónimo y san Agustín, en la obra de nuestra santidad (algo que claramente supera a nuestras fuerzas) se realiza este “desplazarse el monte”. Por tanto, los milagros ahí están y, si no vemos más es porque no le permitimos hacerlos por nuestra poca fe.(BJV)