Alberto Linero

 

 

Señor mío y Dios mío, después de un día cargado de emociones y tareas, siento la necesidad de abrir mi corazón para que seas Tú quien me ilumine.

 

Reconozco que muchas veces camino entre sombras: las de mis miedos, las de mis inseguridades, las de mis errores. Y aunque trate de aparentar claridad, dentro de mí sigo necesitando tu luz.

 

Pongo en tus manos mis dudas, mis preguntas y mis contradicciones, no quiero esconderlas ni huir de ellas, prefiero que sean puestas bajo tu mirada, porque sé que solo en Ti se revelan con verdad.

 

Enséñame a no temerle a mis fragilidades, sino a aceptarlas como parte del proceso de crecimiento. Hazme sensible a tu verdad, esa que libera y sana, aunque a veces incomode.

 

Que pueda reconocer en cada experiencia, un camino para acercarme a lo que realmente importa.

 

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.  Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén…

 

¡Es tu fuerza la que me levanta, Señor!

 

“Como María seamos peregrinos de ESPERANZA”.

 NOVIEMBRE:

Lema: “Persevera en la esperanza” (1Tes 1,3).

Valor: "Perseverancia"

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