Hoy el Evangelio nos ofrece una comprensión más profunda de la realidad de la Ascensión del Señor. En la lectura del Evangelio de Juan del Domingo de Pascua, Jesús le dice a María Magdalena que no se aferre a Él porque aún no he subido a mi Padre

 (Jn 20,17). En el Evangelio de hoy Jesús se da cuenta de que por haberles dicho esto, sus corazones se han llenado de tristeza (Jn 16,6), por eso indica a sus discípulos que les conviene que yo me vaya (Jn 16,7). Jesús debe ascender al Padre. Sin embargo, todavía está entre nosotros.¿Cómo puede irse y quedarse al mismo tiempo? Este misterio lo explicó el Papa Emérito Benedicto XVI: "Y, dado que Dios abraza y sostiene a todo el cosmos, la Ascensión del Señor significa que Cristo no se ha alejado de nosotros, sino que ahora, gracias al hecho de estar con el Padre, está cerca de cada uno de nosotros, para siempre".(BJV)