Hoy viernes , la liturgia cuaresmal nos presenta el amor como la raíz más profunda de la autocomunicación de Dios: "El alma no puede vivir sin amor, siempre quiere amar alguna cosa, porque está hecha de amor, que yo por amor la creé" (Santa Catalina de Siena). Dios es amor todopoderoso, amor hasta el extremo, amor crucificado: "Es en la cruz donde puede contemplarse esta verdad" (Benedicto XVI). Este Evangelio no es sólo una autorrevelación de cómo Dios mismo en su Hijo quiere ser amado. Con un mandamiento del Deuteronomio: Ama al Señor, tu Dios (Dt 6,5) y otro del Levítico: Ama a los otros (Lev 19,18), Jesús lleva a término la plenitud de la Ley. Él ama al Padre como Dios verdadero nacido del Dios verdadero y, como Verbo hecho hombre, crea la nueva Humanidad de los hijos de Dios, hermanos que se aman con el amor del Hijo. La llamada de Jesús a la comunión y a la misión pide una participación en su misma naturaleza, es una intimidad en la que hay que introducirse. Jesús no reivindica nunca ser la meta de nuestra oración y amor. (BJV)
Liturgia del Domingo
Feria de la Semana
Reflexionando con el Diác. Billy Váldez
Hechos que son noticias:
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