
Lunes, 25 de Enero de 2021 Reflexión
Reflexion
Hoy contemplamos a Jesús en una escena muy concreta y, a la vez, comprometedora rodeado por una multitud de gente del pueblo. Los familiares más próximos de Jesús han llegado desde Nazaret a Cafarnaum. Pero en vista de la cantidad de gente, permanecen fuera y lo mandan llamar. Le dicen: ¡Oye!, tu madre, tus hermanos están fuera y te buscan (Mc 3,31).
En la respuesta de Jesús, como veremos, no hay ningún motivo de rechazo hacia sus familiares. Jesús se habÃa alejado de ellos para seguir la llamada divina y muestra ahora que también internamente ha renunciado a ellos: no por frialdad de sentimientos o por menosprecio de los vÃnculos familiares, sino porque pertenece completamente a Dios Padre. Jesucristo ha realizado personalmente en Él mismo aquello que justamente pide a sus discÃpulos. En lugar de su familia de la tierra, Jesús ha escogido una familia espiritual. Echa una mirada sobre los hombres sentados a su alrededor y les dice: Éstos son mi madre y mis hermanos. Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi madre (Mc 3,34-35) (BJV)