
Martes, 12 de Enero de 2021 Reflexión
Reflexion
Hoy vemos claramente cómo Jesús dividÃa la jornada. Por un lado, se dedicaba a la oración, y, por otro, a su misión de predicar con palabras y con obras. Contemplación y acción. Oración y trabajo. Estar con Dios y estar con los hombres.
En efecto, vemos a Jesús entregado en cuerpo y alma a su tarea de MesÃas y Salvador: cura a los enfermos, como a la suegra de san Pedro y muchos otros, consuela a los tristes, expulsa demonios, predica. Todos le llevan sus enfermos y endemoniados. Todos quieren escucharlo: Todos te buscan (Mc 1,37), le dicen los discÃpulos. Seguro que debÃa tener una actividad frecuentemente muy agotadora, que casi no le dejaba ni respirar.
Pero Jesús se procuraba también tiempo de soledad para dedicarse a la oración: De madrugada, cuando todavÃa estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allà se puso a hacer oración (Mc 1,35). ( BJV)