
Sábado, 31 de Octubre de 2020 Reflexión
Reflexion
Hoy celebramos la realidad de un misterio salvador expresado en el “credo†y que resulta muy consolador: Creo en la comunión de los santos. Todos los santos, desde la Virgen MarÃa, que han pasado ya a la vida eterna, forman una unidad: son la Iglesia de los bienaventurados, a quienes Jesús felicita: Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios(Mt 5,8). Al mismo tiempo, también están en comunión con nosotros. La fe y la esperanza no pueden unirnos porque ellos ya gozan de la eterna visión de Dios; pero nos une, en cambio el amor que no pasa nunca(1Cor 13,13); ese amor que nos une con ellos al mismo Padre, al mismo Cristo Redentor y al mismo EspÃritu Santo. El amor que les hace solidarios y solÃcitos para con
nosotros. Por tanto, no veneramos a los santos solamente por su ejemplaridad, sino sobre todo por la unidad en el EspÃritu de toda la Iglesia, que se fortalece con la práctica del amor fraterno. Por esta profunda unidad, hemos de sentirnos cerca de todos los santos que, anteriormente a nosotros, han creÃdo y esperado lo mismo que nosotros creemos y esperamos y, sobre todo, han amado al Padre Dios y a sus hermanos los hombres, procurando imitar el amor de Cristo. (BJV)