Hoy sabado, el Señor despierta nuestra fe y esperanza en El. Jesús nos anticipa que tendremos que comparecer ante el ejército celestial para ser examinados. Y aquel que se haya pronunciado a favor de Jesús adhiriéndose a su misión "también el Hijo del hombre se declarará por él" (Lc 12,8). Dicha confesión pública se realiza en palabras, en actos y durante toda la vida.Esta interpelación a la confesión es todavía más necesaria y urgente en nuestros tiempos, en los que hay gente que no quiere escuchar la voz de Dios ni seguir su camino de vida. Sin embargo, la confesión de nuestra fe tendrá un fuerte seguimiento. Por tanto, no seamos confesores ni por miedo de un castigo que será más severo para los que niegan ni por la abundante recompensa reservada a los fieles. Bendiciones (BJV)