Hoy domingo contemplamos el misterio del rechazo de Dios en general, y de Cristo en particular. Sorprende la reiterada resistencia de los hombres ante el amor de Dios. Pero la parábola hoy se refiere más específicamente al rechazo que los judíos tuvieron con Cristo: Finalmente les envió a su hijo, diciendo: ‘A mi hijo le respetarán’. Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron entre sí: ‘Este es el heredero. Vamos, matémosle y quedémonos con su herencia’. Y agarrándole, le echaron fuera de la viña y le mataron (Mt 21,37-39). No es fácil entender esto: es porque Cristo vino a redimir al mundo entero, y los judíos esperan a su “mesías†particular que les dé a ellos el dominio de todo el mundo. Feliz Domingo (BJV