Hoy, el Evangelio de la Misa nos presenta a nuestra consideración el Magníficat, que María, llena de alegría, entonó en casa de su pariente Elisabet, madre de Juan el Bautista. Las palabras de María nos traen reminiscencias de otros cantos bíblicos que Ella conocía muy bien y que había recitado y contemplado en tantas ocasiones. Pero ahora, en sus labios, aquellas mismas palabras tienen un sentido mucho más profundo: el espíritu de la Madre de Dios se transparenta tras ellas y nos muestran la pureza de su corazón. Cada día, la Iglesia las hace suyas en la Liturgia de las Horas cuando, rezando las Vísperas, dirige hacia el cielo aquel mismo canto con que María se alegraba, bendecía y daba gracias a Dios por todas sus bondades. Bendiciones para todos (BJV)

Domingo, 20 de Diciembre de 2020 Reflexión
Reflexión: 22 de diciembre de 2020
3 comentarios
Escrito por Yovannis el 23/12/2020 a las 22:20
María ejemplo de humildad y sencillez
Escrito por Andrea Gonzalez Pineda el 22/12/2020 a las 13:15
Amén que al igual que Maria podamos tener esa humildad y pureza de corazón para aceptar la voluntad de Dios
Escrito por Andrea Gonzalez Pineda el 22/12/2020 a las 13:15
Amén que al igual que Maria podamos tener esa humildad y pureza de corazón para aceptar la voluntad de Dios