Hoy la liturgia de la Palabra pone ante nuestra consideración el famoso pasaje del joven rico, aquel joven que no supo responder ante la mirada de amor con que Cristo se fijó en él (Mc 10,21). San Juan Pablo II nos recuerda que en aquel joven podemos reconocer a todo hombre que se acerca a Cristo y le pregunta sobre el sentido de su propia vida: Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir vida eterna? (Mt 19,16).
El Papa comentaba que el interlocutor de Jesús intuye que hay una conexión entre el bien moral y el pleno cumplimiento del propio destino. También hoy, ¡cuántas personas se hacen esta pregunta! Si miramos a nuestro alrededor, podemos quizá pensar que son pocas las personas que ven más allá, o bien que el hombre del siglo XXI no necesita hacerse este tipo de preguntas, ya que las respuestas no le sirven.
¡Bendiciones y Feliz comienzo de semana! (BJV)