Hoy sábado, el Evangelio contrapone el mundo con los seguidores de Cristo. El mundo representa todo aquello de pecado que encontramos en nuestra vida. Una de las características del seguidor de Jesús es, pues, la lucha contra el mal y el pecado que se encuentra en el interior de cada hombre y en el mundo. Por esto, Jesús resucitado es luz, luz que ilumina las tinieblas del mundo. Karol Wojtyla( San Juan Pablo II) nos exhortaba a "que esta luz nos haga fuertes y capaces de aceptar y amar la entera Verdad de Cristo, de amarla más cuanto más la contradice el mundo". Ni el cristiano, ni la Iglesia pueden seguir las modas o los criterios del mundo. El criterio único, definitivo e ineludible es Cristo. No es Jesús quien se ha de adaptar al mundo en el que vivimos; somos nosotros quienes hemos de transformar nuestras vidas en Jesús. Porque "Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre".(BJV)

Sábado, 21 de Mayo de 2022 Reflexión