Hoy viernes, el Señor nos invita al amor fraterno: "Que nos amemos los unos a los otros como el nos a amado" (Jn 15,12), es decir, como me han visto hacer a mí y como todavía me verán hacer. Jesús nos habla como a un amigo, pues nos ha dicho que el Padre nos llama, que quiere que seamos apóstoles, y que nos destina a dar fruto, un fruto que se manifiesta en el amor. San Juan Crisóstomo afirma: "Si el amor estuviera esparcido por todas partes, nacería de él una infinidad de bienes".
Amar es dar la vida. Lo saben los esposos que, porque se aman, hacen una donación recíproca de su vida y asumen la responsabilidad de ser padres, aceptando también la abnegación y el sacrificio de su tiempo y de su ser a favor de aquellos que han de cuidar, proteger, educar y formar como personas.(BJV)