Hoy sábado el Evangelio nos presenta las diferentes reacciones que producían las palabras de nuestro Señor. No nos ofrece este texto de Juan ninguna palabra del Maestro, pero sí las consecuencias de lo que Él decía. Unos pensaban que era un profeta; otros decían "Éste es el Cristo" (Jn 7,41). Verdaderamente, Jesucristo es ese “signo de contradicción” que Simeón había anunciado a María ( Lc 2,34). Jesús no dejaba indiferentes a quienes le escuchaban, hasta el punto de que en esta ocasión y en muchas otras se originó, pues, una disensión entre la gente por causa de Él (Jn 7,43). La respuesta de los guardias, que pretendían detener al Señor, centra la cuestión y nos muestra la fuerza de las palabras de Cristo: Jamás un hombre ha hablado como habla ese hombre

(Jn 7,46).(BJV)