Hoy martes una vez más vemos la sagacidad del Señor Jesús. Su actuar es sorprendente, ya que se sale del común de la gente, es original. Él viene de realizar unos milagros y se está trasladando a otro sector en donde la Gracia de Dios también debe llegar. En ese contexto de milagros, ante un nuevo grupo de personas que lo espera, es cuando les advierte: Abran los ojos y guardense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes
(Mc 8,15), pues ellos los fariseos y los de Herodes no quieren que la Gracia de Dios sea conocida, y más bien se la pasan cundiendo al mundo de mala levadura, sembrando cizaña. "La fe no depende de las obras, pues una fe que nosotros mismos podemos determinar, no es en absoluto una fe" (Benedicto XVI). Al contrario, son las obras las que dependen de la fe.(BJV)