Hoy, el maestro de la Ley le pregunta a Jesús: ¿Cuál es el mandamiento mayor de la Ley?(Mt 22,36), el más importante, el primero. La respuesta, en cambio, habla de un primer mandamiento y de un segundo, que le es semejante (Mt 22,39). Dos anillas inseparables que son una sola cosa. Inseparables, pero una primera y una segunda, una de oro y la otra de plata. El Señor nos lleva hasta la profundidad de la catequesis cristiana, porque de estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas

 (Mt 22,40). He aquí la razón de ser del comentario clásico de los dos palos de la Cruz del Señor: el que está cavado en tierra es la verticalidad, que mira hacia el cielo a Dios. El travesero representa la horizontalidad, el trato con nuestros iguales. (BJV)