Hoy, como ayer, hablar de Dios a quienes nos conocen desde siempre resulta difícil. En el caso de Jesús, san Juan Crisóstomo comento: "Los de Nazaret se admiran de Él, pero esta admiración no les lleva a creer, sino a sentir envidia, es como si dijeran: ‘¿Por qué Él y no yo?’". Jesús conocía bien a aquellos que en vez de escucharle se escandalizaban de Él. Eran parientes, amigos, vecinos a quienes apreciaba, pero justamente a ellos no les podrá hacer llegar su mensaje de salvación.Nosotros que no podemos hacer milagros ni tenemos la santidad de Cristo no provocaremos envidias aun cuando en ocasiones pueda suceder si realmente nos esforzamos por vivir cristianamente. (BJV)

Jueves, 29 de Julio de 2021 Reflexión