Hoy, el Evangelio de san Juan que hace días estamos leyendo comienza hablándonos de la “hora”: Padre, ha llegado la hora (Jn 17,1). El momento culminante, la glorificación de todas las cosas, la donación máxima de Cristo que se entrega por todos... “La hora” es todavía una realidad escondida a los hombres; se revelará a medida que la trama de la vida de Jesús nos abra la perspectiva de la cruz. ¿Ha llegado la hora? ¿La hora de qué? Pues ha llegado la hora en que los hombres y las mujeres conozcamos el nombre de Dios, o sea, su acción, la manera de dirigirse a la Humanidad, la manera de hablarnos en el Hijo, en Cristo que ama. Los hombres y las mujeres de hoy, conociendo a Dios por Jesús las palabras que tú me diste se las he dado a ellos: (Jn 17,8), llegamos a ser testigos de la vida, de la vida divina que se desarrolla en nosotros por el sacramento bautismal. (BJV)


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TEMA DEL AÑO: “Un pueblo discípulo misionero de Jesucristo, que acoge y vive el Reino de Dios en conversión permanente”

LEMA DEL AÑO: “Acojamos y vivamos el Reino de Dios en permanente conversión”

Mayo:

Lema: “Me has tejido en el vientre de mi madre” (Sal 139, 13)

Valor: VIDA

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