Señor, te alabo por cada una de las bendiciones que a diario me regalas, gracias porque en este momento tomas mi ser y lo llenas de paz, de serenidad, de gozo y seguridad.

 

Eres mi pastor, nada me falta, me conduces por caminos de libertad y reparas mis fuerzas. Alabado seas, siento que nada me falta, aunque carezca de muchas cosas, porque lo que no me falta es tu presencia. Cuando te invoco, respondes con prontitud.

 

Bendito seas, porque no te detienes a ver cómo manejo la vida, sino que sales y te revelas, mostrándome tu voluntad, acompañándome en cada cosa que hago para que todo vaya encaminado hacia la felicidad.

 

Gracias porque me cubres con tu manto, eres mi luz y mi salvación, siempre iluminas mi camino para que no vaya en tinieblas.

 

Tú me sostienes y me mantienes en pie, cuando voy a caer me tomas en tus brazos para que mi corazón no conozca la desgracia.

 

Sanas mis heridas una y otra vez, las cierras y me das fuerza para buscar mejores caminos. Guárdame, porque eres mi refugio, para vivir con autenticidad, aunque pase por momentos de angustia.

 

Gracias por ser mi salvador, el que rompe las cadenas de los apegos para descubrir el amor auténtico, ese que sólo Tú me puedes dar.

 

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.  Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén…

 

¡En la Voluntad de Dios siempre!

 

JESÚS TOMA MI VOLUNTAD, Y DAME LA TUYA