Alberto Linero

 

Señor mío y Dios mío, al terminar el día pongo en tus manos todas mis emociones y te pido que me sigas ayudando a manejarlas de la mejor manera.

 

   No permitas que me deje llevar por ellas y que termine siendo terco o dejándome ganar por la ira o la euforia.

 

   Quiero tener la capacidad de tomar decisiones desde la serenidad, con la cabeza fría, sin apurarme por las circunstancias, sino evaluando todo.

 

   Gracias por darme la capacidad de mirar más allá, de poder observar desde diferentes perspectivas las situaciones y poder encontrar diferentes soluciones para ellas.

 

   No me doy por vencido, seguiré saliendo adelante y seguiré siendo feliz. Por ahora, descansaré para salir mañana de nuevo a seguir dando lo mejor por alcanzar todos mis sueños.

 

  Que nada ni nadie me haga creer que no puedo ser capaz. Te amo.

 

Amén…

 

¡En la Voluntad de Dios siempre!

 

¡JESÚS TOMA MI VOLUNTAD, Y DAME LA TUYA!


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Junio:

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Valor: COMUNIÓN

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