Señor, que me das tu sombra y protección. Cierro mis ojos en la quietud de la noche para poderte imaginar que me miras con esos ojos llenos de amor y ternura.

 

No importa que los días hayan sido buenos o no tan buenos porque se que es tu voluntad la que guía mi vida y por eso te doy gracias.

 

Deseo que en mi corazón solo exista el afán de honrarte por encima de todo y que la generosidad inunde mi alma para estar consciente siempre que lo que tengo, lo recibo sin merecerlo, solamente por tu infinita misericordia que se derrama todos los días sobre mi.

 

Tu eres mi refugio y si me toca salir al campo de batalla, nada me hará temblar, voy con la piedra de mi fe y bajo tu sombra y protección.

 

Regálale salud a esos enfermos con dolencias crónicas, el trabajo que espera ese hogar que ya no sabe cómo hará para cubrir sus necesidades, la visita del hijo a esos padres ancianos.

 

Abrázame muy fuerte para poder descansar y amanecer mañana con la gracia de tu amor para afrontar el día.  Te necesito.

 

 

Amén…

 

¡En la Voluntad de Dios siempre!        

 

¡JESÚS TOMA MI VOLUNTAD, Y DAME LA TUYA!

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