Señor de mi corazón, escúchame en esta noche que te invoco con fe y confianza teniendo claro que inclinas tu oído para escuchar mis súplicas.

 

Te alabo porque me has hecho llegar al final de este día, aparta de mi corazón los sentimientos de desánimo que me hagan dudar de los dones recibidos por Tí.

 

Aunque la desesperación no me haya permitido escuchar y ver todo lo que obras en mi camino, sigo confiando en Tí, no me desanimo, porque tu gracia y tu amor me sostienen.

 

Dame la gracia para sentir, en esta noche, que me llevas cargado en tus brazos, que pasas tu mano sobre mi rostro y calmas mis ansiedades, tomas mis miedos y los transformas en palabras de ánimo, para que yo reconozca que me has dotado de todo lo necesario para ser un vencedor.

 

Señor, en este momento quizás no tengo todo lo que deseo, pero no quiero lamentarme más por lo que no tengo, sino buscar las maneras de sacar adelante mi vida, con la esperanza puesta en Tí que todo lo puedes.

 

Yo te invoco porque Tú me respondes, muéstrame tu rostro y escucha mis palabras. Te pido que me permitas descansar en esta noche, que pueda recuperar mis fuerzas, que pueda despertar mañana con deseos de salir adelante y luchar.

 

Gracias por ser esperanza para mi vida. Contigo a mi lado nada temo, porque vas a mi lado a dondequiera que vaya.

 

Sé que mañana será un día de bendición, te entrego desde ya cada una de las situaciones que voy a vivir.

 

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.  Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén…

 

¡En la Voluntad de Dios siempre! 

 

¡JESÚS TOMA MI VOLUNTAD, Y DAME LA TUYA!

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