Señor mío y Dios mío, aquí estoy delante de Ti para pedirte que pases por todo mi ser tu mano liberadora para que pueda descargar los pesos que traigo de todo lo vivido en este día y sentir que se cierran las heridas que las dificultades me han causado.

Sé que tienes poder restaurador y hoy necesito que todas esas partes de mi ser que están golpeadas, magulladas y debilitadas sean restauradas por Ti.

Sé que Tú me quieres alegre y gozoso, pero para ello necesito sentir que en este momento estás actuando con todo el amor que sientes por mí.

Gracias, porque sé que me escuchas y que haces lo que necesito, como muchas otras veces ha sucedido en mi vida.

Y digo como el salmista: ¡Siéntase alegre el corazón de los que buscan al Señor! Recurran al Señor, y a su poder; recurran al Señor en todo tiempo (Sal 105,3).

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.  Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén…

¡En la Voluntad de Dios siempre!

JESÚS TOMA MI VOLUNTAD, Y DAME LA TUYA✍

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