Señor mío y Dios mío, hoy ha sido un día lleno de retos, de nuevos comienzos.

 

He tenido la oportunidad de trazarme metas, y eso me hace sentir bien.

 

Quiero seguir aventurándome, saliendo de mi zona de confort, lanzándome hacia lo que me apasiona, dejando a un lado el miedo al cambio, a las cosas nuevas.

 

Pon en mí un espíritu de aventura, capaz de sortear todas esas dificultades que se interponen en el camino, y ser siempre un poco más feliz.

 

 Ayúdame a encontrar las maneras de asumir los retos de la cotidianidad y a poner todo de mí por alcanzarlos.

 

Sé que mañana será otro día y otra oportunidad para seguir creyendo en mis habilidades, para seguir apostando por lo que me mueve y continuar buscando las posibilidades para conseguirlo.

 

Gracias por este día, por todos los sueños que tuve y por los que ahora tendré.

 

Amén

 

¡En la Voluntad de Dios siempre!        

 

¡JESÚS TOMA MI VOLUNTAD, Y DAME LA TUYA!


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