Alberto Linero


Señor mío y Dios mío, quiero cumplir todos los días con mi deber de amar a los demás como Tú nos has amado, sin discriminar, sin odiar, sin maltratar.

 

Quiero aprender a ver tu rostro en los otros.

 

Me has enseñado que el odio lo único que trae es dolor y sufrimiento, y porque sé que ningún ser humano merece pasar por eso.

 

No vale la pena odiar, mucho menos cuando no hay motivos para hacerlo.

 

Quiero ser compasivo, así como Tú lo eres, buscando hacer el bien a los demás sin mirar si lo merece o no, porque no soy juez.

 

Gracias por este día y por todos los aprendizajes que he adquirido, eso me permite aprender algo sobre la vida.

 

Quiero seguir viviendo con esa actitud de agarrar todo lo bueno de cada situación.

 

Bendito y alabado seas por siempre, te amo.

 

Amén…

 

¡En la Voluntad de Dios siempre!

 

¡JESÚS TOMA MI VOLUNTAD, Y DAME LA TUYA!

Los religiosos sanitarios se plantan ante la Ley de Eutanasia: “No aceleraremos la muerte de nadie”

El Papa Francisco a las personas mayores: "Eres necesario para construir el mundo de mañana"

Liturgia del Domingo

Lecturas    Moniciones      Homilía

Feria de la Semana

Lecturas     Moniciones     Homilía

Itinerario de Evangelización 2021

TEMA DEL AÑO: “Un pueblo discípulo misionero de Jesucristo, que acoge y vive el Reino de Dios en conversión permanente”

LEMA DEL AÑO: “Acojamos y vivamos el Reino de Dios en permanente conversión”

Junio:

Lema: “Todos participamos del mismo pan” (I Cor 10, 17)

Valor: COMUNIÓN