Alberto Linero

 

Señor mío y Dios mío, ayúdame a sanar las heridas que hay en mi corazón, esas que me dejó el pasado y que no he podido superar, aún siguen allí.

 

Abro mi corazón para que puedas entrar en él y me ayudes a entender que no vale la pena retener el odio, que debo ser capaz de perdonar, no por los demás, sino por mí mismo, porque necesito tranquilidad para dejar de vivir pensando en la venganza.

 

Gracias porque sé que haces obras maravillosas en mi vida y porque sé que me vas a ayudar a que supere estas situaciones.

 

 Sé que no es de un día para otro, necesito tiempo para sanarlo, pero también sé que a tu lado el proceso será mucho más fácil y llevadero.

 

Gracias, también, por las personas que me han querido con todas mis heridas y, sin saberlo, han sido medicina para mí.

 

Gracias por sus palabras llenas de amor.

 

Amén…

 

¡En la Voluntad de Dios siempre!

 

¡JESÚS TOMA MI VOLUNTAD, Y DAME LA TUYA!


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