Alberto Linero

Señor mío y Dios mío, al llegar la noche me siento muy feliz de poder terminar mi día aquí, hablando contigo sobre cada paso que di hoy.

Reviso mi día, reviso mi historia, reconozco que en algunos casos no estuve bien, en otras situaciones te di la gloria, en todo momento me encomendaba a Ti, clamaba tu presencia en mi vida.

Me da felicidad saber que te intereso y que escuchas cada historia, aunque ya las conozcas porque estás conmigo desde antes de nacer, me llevas tatuado en la palma de tu mano.

Voy a descansar con la confianza plena en que todo lo que he dejado en tus manos será transformado en bendición.

Voy a dormir tranquilo, porque eres bueno conmigo y quieres lo mejor para mí.

Recibe cada latido de mi corazón como una alabanza para Ti. 

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.  Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén

¡En la Voluntad de Dios siempre! 

¡JESÚS TOMA MI VOLUNTAD, Y DAME LA TUYA! ✌


Aquí 7 consejos del Papa Francisco para ser mejores padres y crecer con tus hijos