Lunes, 21 de septiembre de 2020
Señor mío y Dios mío, cuando Tú hablas, cuando Tú pronuncias tu Palabra, siento que tengo más vida. Claro, solo Tú tienes palabras de vida eterna, palabras que consuelan, que animan, que dan sentido y muestran hacia dónde debo caminar.
Te agradezco también porque es tu Palabra la que me sostiene en momentos de dolor y tristeza. Estoy dispuesto a escucharte siempre, te suplico que me des las actitudes existenciales que requiero para que ese poder de tu Palabra sea pleno en mi corazón.
Hazme abierto y disponible a ella, quita todos esos obstáculos que mi racionalidad y mi terquedad generan para que ella pueda actuar. Dame humildad para entender que, si bien soy inteligente, no puedo pretender saber más que ella, solo quiero que me guíe. Sigue hablándole a mi corazón, Señor.
Amén
Por Alberto Linero