Jueves, 17 de septiembre de 2020
Señor mío y Dios mío, aquí estoy delante de Ti después de haber tenido un día de crecimiento y bendición, de luchas y desgastes, de rabias y de alegrías. No es fácil, sabes de todas las dificultades y los problemas que tengo que afrontar, pero he sentido tu amor que impulsa y protege; solo sé que tu amor me guía y me anima, me llena de serenidad y de paz.
Sabes, Señor, que cuando repaso todas las actividades del día me doy cuenta que pude evitar algunas molestias, pues le puse mucho color a varias, en ocasiones pude ahorrarme rabias, por eso, te pido que me liberes de esas experiencias que no aportan, que no ayudan, más bien, ayúdame a saber enfrentar lo que realmente requiere de mí toda concentración, para encontrar soluciones y, definitivamente, ser feliz, gozarme la vida con lo que valga la pena, de la mejor manera.
Amén
Por Alberto Linero