Jueves, 6 de agosto 2020
Señor mío y Dios mío, gracias por estar conmigo en todo momento; Tú no me desamparas, no me dejas, siempre estás aquí. Aunque a veces yo me pierda y olvide tus enseñanzas, yo vuelvo a Ti. Sí, a veces me entra la desesperación, la an-gustia por tantas cosas que debo resolver, pero, de alguna forma tu Palabra llega a mi corazón también, y me calma.
A veces quisiera que las cosas fueran rápidas, pero no tengo el control de ellas, solo Tú. Tú sí sabes qué es lo que me conviene, estás atento a mis necesidades. A veces yo no ac-túo de forma sensata, sino que me dejo llevar por mis emo-ciones, pero, Tú estás aquí para recordarme que no debo de-sesperarme.
Gracias por hablarle a mi corazón, gracias por acompañarme en mi día a día con sus buenas y sus no tan buenas. Confío en tu amor y en tu poder. Por eso te doy gracias y duermo en paz.
Amén
(Por Alberto Linero)