"El gran medio de la oración"

Así tituló San Alfonso María de Ligorio, obispo y doctor de la Iglesia, patrono de moralistas y confesores, la que él mismo consideró su más importante obra, dentro de las más de 100 que publicó.

Para este santo obispo y fundador, de la Congregación del Santísimo Redentor, cuya fiesta celebra la Iglesia el 1 de agosto, la oración es un medio indispensable para la salvación. Tan importante que sin ella se nos haría difícil alcanzarla.

Siendo así, que él mismo San Alfonso llega a afirmar en la obra ya mencionada y que sirve de título a la presente entrega de la RECETA ESPIRITUAL: "Quien reza, se salva; quien no reza, se condena". Esto porque a través de la oración podemos pedir y alcanzar las gracias necesarias para salvarnos.

Ya el mismo Jesús, Maestro y Modelo Perfecto de Oración, nos dijo: "Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá la puerta. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y se abrirá la puerta al que llama" (Mt 7,7-8). Como sabemos, Jesús oró constantemente (Mt 4, 1-11), enseñó a sus discípulos a orar (Lc 11, 1-13) y les pidió hacerlo para no caer en la tentación (Mc 14, 32-39).

Por tanto, como vemos, la oración, como medio que nos lleva al fin principal que es Dios, es poderosa herramienta para en su presencia: pedir, agradecer, alabar, bendecir, glorificar, ensalzar, suplicar, adorar, clamar, sabiéndonos por la fe, acogidos por alguien que mira el sufrimiento de su Pueblo y escucha su clamor.

¡Queridos hermanos y hermanas!  Tomando en cuenta la difícil realidad que vivimos en este tiempo, oremos más que nunca de forma incesante. Pidamos el auxilio de Dios que en su Hijo Jesucristo nos ha revelado su Amor Redentor. Y dejémonos acompañar por la fiel intercesión de los Santos, dentro de ellos, de forma especial, de la bienaventurada Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra.

 

¡Amén!

En Jesús y María: P. Cairo

 

XVIII Domingo. Tiempo Ordinario. Ciclo A

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